Joaquin Sorolla es el pintor de la luz.  Sus cuadros más famosos quizás sean aquellos que pintó a orillas del Mediterráneo. Pero Sorolla no fué tan solo un enamorado del mar, también las flores y los jardines fueron una continua fuente de inspiración. 

En jardines, en jarrones, en el campo, … rosas, claveles, alhelis, adelfas, … como únicas protagonistas o como acompañantes.  De  muchas maneras pintó Sorolla las flores, y en todos sus cuadros vemos la belleza de las flores a través de sus ojos, captando algo más, el sentimiento que expresamos a través de ellas: la alegría, la ternura, la sensibilidad.

Igual que hizo Claude Monet en Giverny ,  Joaquín Sorolla construyó su propio refugio en las afueras de Madrid, una bonita casa rodeada por un hermoso jardín que diseñó y cultivó él mismo, y que fué una constante inspiración en sus últimos cuadros. Hoy en día, las casa de Joaquín Sorolla es un museo que conserva su jardín, y numerosos cuadros, muchos sin terminar y todos aquellos objetos que fueron mudos testigos de la vida del pintor. Dicen que nunca falta un jarrón con flores frescas. Tenemos una visita pendiente.

Un abrazo.