¡No he podido evitarlo! Empecé a escribir sobre los nardos y la canción llegó sola, sin querer: «Por la calle de Alcalá, …. la florista viene y va, con los nardos apoyaos en la cadera…» Y ahora no sé si escribir sobre los nardos o sobre las floristas, o sobre aquel tiempo que hoy nos parece tan ingenuo a nuestros ojos.
Month:octubre 2016
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